Carlos Batatin
En tan solo cuatro minutos, «usando tecnología electroquímica podemos detectar la unión entre el virus y un receptor», es decir, se podría conocer si está contagiado de Covid-19, con una efectividad de casi el 100%.
De acuerdo con el biotecnólogo español residenciado en Estados Unidos, César de la Fuente, de 35 años, se trata de un test barato, facilísimo de producir y en el que sólo hacen falta saliva, un móvil y una impresora que ha diseñado su equipo de trabajo.
Asegura que, «este tipo de test va a tener mucha importancia en los próximos siete u ocho meses. Será importante mantenerlo», el cual también serviría para los asintomáticos y para las nuevas variantes del coronavirus.

El relato del científico nacido en Coruña, fue publicado en el portal www.lasexta.com, asegurando que la mayoría de mutaciones no afectan a la unión entre el virus y el receptor, justo la parte que detecta este test. «Esa unión no se destruye de manera fácil a través de mutaciones en el virus».
César de la Fuente, y su equipo, se ha dedicado a este proyecto una vez desatada la pandemia de coronavirus y “trabaja a destajo para conseguir la aprobación de la administración estadounidense”.
Según con otra nota en www.ingenyus.es, él ha sido designado mejor investigador joven de EE.UU por la American Chemical Society, por su especialización en el estudio de enfermedades infecciosas.
Su principal objetivo, “es desarrollar nuevos test de diagnóstico y antibióticos diseñados por ordenadores. Las bacterias resistentes a antibióticos constituyen una pandemia silenciosa. Su incidencia no para de crecer y debemos estar preparados para que no pase algo similar a la pandemia actual. Queremos desarrollar test de diagnóstico baratos y rápidos para poder detectar las enfermedades infecciosas, y antibióticos para poder tratarlas.
Ante el peligro latente de la aparición de nuevos virus y su resistencia, asegura César de la Fuente, que “la esperanza de vida antes del descubrimiento del primer antibiótico, la penicilina, era de unos 30 años. Los antibióticos han ayudado a doblar el tiempo que vivimos. Son la medicina más importante en la historia de la humanidad. Aun así no hemos descubierto nuevas clases de antibióticos en varias décadas y las bacterias se han hecho cada vez más resistentes. Estamos al borde de una era post-antibiótica”. Las bacterias resistentes a antibióticos constituyen una pandemia silenciosa.